30 enero 2016
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19:23
Se presintieron a través del humo, en esos días en que fumar no era delito. El alcohol amortiguaba los sentidos y el pudor, y el deseo se paseaba caprichosamente por el salón eligiendo al azar dos cuerpos para un momento. Se acaba la música y el cielo estrellado se hace eco del persistente deseo, sus ojos se miran hasta el amanecer, hasta que sus sonrisas se apagan con el cansancio, no hay nombres, ni casi caras, solo dos extraños en una noche con cierta magia.
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Published by miradasdeana
30 enero 2016
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17:42
Sentí un escalofrío, la verdad es que hacía frío en el extraño cementerio. Era una nueva ciudad para mi, calles, tiendas, edificios, pero me enamoré de esa vieja iglesia rodeada de tumbas. Estuve el tiempo necesario para descubrirte, " she loved this place ". Yo me senté por casualidad en ese lugar que ella amó. El cementerio se me metió dentro e hizo sonar esas fibras tan sensibles a lo bucólico y melancólico que mis sentidos tienen tendencia a captar. Noté el olvido del lugar y me hice una con la soledad. Hasta los que recordaban se fueron, incluso aquel que la amó tanto. Y me pregunto si los sentimientos también se convierten en polvo y se olvidan debajo de losas. ¿ Dónde queda el amor cuando el cuerpo ya no puede expresarlo ?, ¿ Se encontrarán de nuevo los amantes en ese banco escondido en un cementerio donde yo ahora tan sola y tan acompañada me encuentro?. Una ardilla me despertó de esos extraños pensamientos revolviendo la hojarasca, era preciosa, ¡ tan viva en aquel lugar !, y me di cuenta que el tiempo no se detiene pese a ellos, pese a mi, pese a la ardilla, sólo queda a veces un recuerdo grabado con amor en un banco. A pesar de ser invierno en Inglaterra, descubrí campanillas amarillas y le regalé una, quise sacarla del olvido por un instante y adornar ese lugar que ella tanto amaba. Sentí otro escalofrío, puede que fuera el frío o quiero pensar que quizás noté su presencia compartiendo el banco conmigo.
Published by miradasdeana
1 enero 2016
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Hola 2016, acabo de tirar la basura, hay quien sale a pasear con la maleta, para augurar un año viajero, yo prefiero meter desechos en un saco virtual y mandarlo a la fábrica de reciclaje. Todo es reutilizable, con las lágrimas he pensado hacer una lámpara de techo colgada del infinito para que alumbre alguna que otra noche oscura, y con algunos pensamientos una escalera de recuerdos que me acerquen un poquito más a mi cielo, quiero que me soporten no quiero pujar por ellos y que el viaje sea más ligero. No me niego a la compañía en la aventura, me gusta, pero no quiero cadenas, quiero tu mano libre junto a la mía, sin esposas, quiero tu conversación y tu risa y tu llanto, no reproches ni posesiones, quiero tu libre presencia y mi libre compañía y quiero que mi corazón siga aventurero y un poco gitano y siga latiendo de amor. Ya comencé los primeros pasos de este cincuenta y dos nuevo año y sigo igual de sensible, soñadora y romántica que siempre,los jarros de agua fría no han enfríado para nada mi ardiente alma y como una llama quiero seguir avanzando, quizás con un poquito menos de vigor pero igual de cálida. Me gustaría conseguir la inmortalidad dejando huella en tu pensamiento y en palabras escritas a fuego de alma, tú y tú, y muchos tús ya sois tatuajes en mi vida y ese es el principal contenido de mi nueva maleta para este nuevo y atrevido y que quiero que siga un poco loco, nuevo año.
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29 diciembre 2015
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09:35
Un café, en apariencia un simple café. Cortado, solo, con leche, americano, no importa... Las palabras fluyen con más facilidad, los pensamientos navegan, los secretos se desatan y las superficialidades afloran, se arregla un país o se rompe un matrimonio, se ragalan perdones, se piden palabras y promesas, se reconocen errores, se desatan pasiones, se declaran amores y desamores, se confiesa lo inconfesable en un susurro o se discute de fútbol a voces, saludos y despedidas, holas y adioses, palabras fingidas o sinceras afirmaciones, un café, una simple excusa para juntar vidas.
Por cierto, tenemos que hablar, ¿tomamos un café?
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28 diciembre 2015
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09:09
Llueve, desde mi cama veo como este pequeño trocito de mundo se moja, no quiero levantarme aún ni salir a pelearme con una calle llena de paraguas. Me relajo con un café, ¡ qué placer ! y mi mente, como siempre juguetona se me escapa a un recoveco muy escondido de la memoria. Considero la vida como un laberinto donde todos estamos un poco perdidos y con constantes encuentros y desencuentros. Si es azar o destino no lo sé, ni quiero entenderlo, tengo un tiempo muy valioso para pasarlo intentando entender el misterio de esta vida, solo la siento y la vivo. Y ahí apareció de nuevo con una cara en una foto y su voz en un teléfono, mi amigo sin nombre, porque no quiero decirlo. Hacía treinta años de aquel primer encuentro en un pueblo con mar pero sin concierto, un chico, una chica, la playa, el feeling, una historia más de ir y venir, una pequeña huella en ese corazón, un recuerdo bonito. Ahora yo adulta y el adulto nos saludamos desde orillas opuestas, nos encontramos de nuevo en el laberinto. Dos vidas con distintos rumbos que vuelven a decirse " hola" con el cariño de aquel primer recuerdo, sin más pretensión que no querer ya permanecer en el olvido y con la única ilusión de compartir un café cara a cara y descongelar esa amistad que en algún punto quedó en el olvido.
LLueve, sigue lloviendo y me apetecía hablar de ti, amigo de nuevo, no importa la distancia, te saqué del cuarto de la memoria y te regalo estas palabras.
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21 diciembre 2015
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09:45
Quiero decirte algo...,
se me olvida cuando estás
porque mi piel y mi boca hablan por mi,
y mi cerebro se vuelve estúpido...
Quiero decirte algo...,
pero balbuceo cuando te veo,
mis palabras se derriten con tu sonrisa
y me pierdo en el laberinto de tu encanto...
Quiero decirte algo...,
que siento oscuridad
cuando tus ojos no me miran
pero cuando me miro en ellos soy luz
y se me olvida que quiero decirte,
algo...,
Quiero decirte algo...,
pero me miento en tu presencia
y nada necesito más que tú,
y cuando te vas
un torrente se agolpa en mi garganta
ahogándome
y asesinando palabras,
esas que quiero decirte,
pero se me olvidan
cuando estás.
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19 diciembre 2015
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09:19
Se me rompió la bola amarilla dorada de donde colgué parte de mi vida el año pasado y con esa parte se fue el árbol, la sala, el suelo y un techo. Me encontré con más espacio para respirar y para sentir el calor y el frío. Me bañé en lágrimas de sal y en risas doradas y mi corazón creció tanto como mi nuevo mundo. El tren me llevó lejos en un vagón solitario con una pequeña maleta como única riqueza más llena de miedos que de trapos y desembarqué en una playa vacía y en un cuarto oscuro que fui llenando de experiencias y luz. Mis ojos se acostumbraron al mar, nuevo compañero de este viaje y mi sonrisa se asomó tímida a este nuevo mundo, mi conquista particular. Resucité, me escapé del país de los muertos donde mi único logro era respirar y me enamoré de mi y de mi nueva vida y de una tierra estéril hice un precioso jardín lleno de caras y nombres, de pocos amargos y muchos dulces momentos y hoy no tengo esa bola dorada que con saña se rompió, pero tengo un árbol virtual con sala y con techo, con mil momentos colgados y un corazón que late de nuevo.
¡¡ Gracias a la vida, que me ha dado tanto !!!
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16 diciembre 2015
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23:48
Se le escapó la arena entre los dedos mientras miraba en el cielo uno de tantos aviones que constantemente atravesaban la playa. Dijo otro no gracias a un vendedor más de infinitas cosas. Le costaba pensar entre el bullicio, centrarse en el mar desoyendo la música eléctronica, los aviones, los paseantes, le costaba leer, no encontraba la ansiada paz y optó por conseguirla en el mar. Se metió entre las olas y dejó de oír, eran eternos segundos de placer, el mar y ella y ese sol que la acarició después, sintió el amor de la vida, el corazón del mundo latiendo a su compás, no necesitaba más en ese momento, otro cuerpo hubiera sido un estorbo. La melodía era perfecta, el sol, el viento, el mar y ella. Se prometió en secreto con estos amantes perfectos y prometió amarles y dejarse querer por siempre, sin testigos ni anillos ni más banquete que el saciarse de lo bello. Y así casada con sus amantes secretos volvió al bullicio como una novia semidesnuda envuelta en un halo de luz que atraía miradas de envidia. Y sonrió prometiendo volver pronto a su húmedo lecho de bodas.
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Published by miradasdeana
13 diciembre 2015
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Se te escapó un pequeño beso de color rojo, intentó mi mejilla raptarlo pero se le escapó, lo robó una flor que cambió de color y como yo, también se enamoró. Mi pequeño campo gris tiene tu beso marcado y tu amor plantado para siempre. Me acerco a ti aunque no me sientas porque una flor es muy poco para mi, ansío como un ladrón robar otro beso al viento para llenar un jardín contigo y sin ti.
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Published by miradasdeana
27 noviembre 2015
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17:50
Dejamos dos besos marcados en la nieve y luego calentamos nuestros labios juntando nuestros diecisiete inviernos. Llegó la primavera y ese primer rayo de sol deshizo las huellas a la vez que nos dijimos adiós, el viento de tu vida te alejó.
Los inviernos siguieron pasando y dejando sus huellas, esas sobre las que bailaba la coqueta primavera y muchos labios sustituyeron tus primeros labios y hubo muchas despedidas después de aquella.
Y llegó el invierno, otro más, ya rondaban la cinquentena, y con mi libro gastado y mi vista un poco también entré en aquel café, hacía frío, nevaba, y sentada en un rincón mientras me quitaba un guante reparé en ti y tu reparaste en mi, nos miramos cómplices, yo no podía dejar de hacerlo y te acercaste a mi. Nos saludamos con ternura, tanto tiempo, tanta vida y aún un hilo nos cosía, yo lo sentí y en tu mirada también lo leía. Charlamos hasta que las luces del local nos invitaron a irnos. Salimos y rodeados de nieve caminamos sin rumbo, sin querer volver a ninguna de las dos rutinas y de repente dijiste... ¿marcamos un beso en la nieve? y de nuevo esos besos fueron la excusa para calentar nuestros labios y al hacerlo se me cayó el gastado libro del que se escapó milagrosamente una mariposa..., y los dos sentimos que la vida nos regalaba aquella robada primavera.
Published by miradasdeana
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