15 febrero 2017
3
15
/02
/febrero
/2017
19:02
Añadí más cuerpo a mi cuerpo, poco a poco y en un invierno gramos de maravillosa carne se añadieron a mis caderas, mis muslos, mis piernas, mi preciosa barriguita se bombeó un poco más y mis pechos crecieron como flores que se abren en primavera, la ropa se quedó una talla más pequeña y mi rostro hermoseó. Son gramos de vinos con amigos, de comidas cocinadas por una maravillosa madre, de cervezas y buenos momentos, de tantas cenas con los incondicionales que sin importar la distancia o el tiempo me siguen y sigo buscando. Son gramos de alegría y risas, de tertulias, de bailes, de confesiones y de reiterar la alianza elegida delante de un buen plato, o del maravilloso tapeo de esta ciudad que no sabe gozar sin tomar, sin pimplar, ingerir, copear, aderezando la amistad con buenos lingotazos. Gramos de felicidad al fin, que se perderán o no, creo que no me importa, cuando tenga que recordar de lejos esta bendita ciudad que me agranda el alma y el cuerpo.