En tierra de nadie, rodeado de flores sentí tu vida ausente. Ese cuerpo presente..., una librería sin libros, un jarrón sin una flor, un cenicero sin colilla, un beso hipócrita de un amor de mentira. Vestido de madera y cristal llenaste mi retina, un tatuaje para la mente de una sociedad demente que hizo de la fealdad costumbre. Quise asomarme un poquito mas allá de la profunda sima y a punto de caerme tuve que retornar sin encontrar tu vida, jugando al escondite perdí una partida a sabiendas perdida, pero aun así..., te busqué.
Mil abrazos, mil lamentos, mil ánimos, adornaron el saco del vacío, al final una sala llena de vida, de flores, de cristal, de madera, sólo escondían tu muerte...
Al final tu sin mi, al final yo sin ti, al final morir solo, al final vivir adornando con flores ausencias...