27 julio 2012
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Callé..., escondí el miedo dentro de un armario y me negué a su existencia, recorrí el mundo de los sueños, libre, sin lastres, estirando las alas al máximo, fueron los cinco minutos mejores de mi vida, porque la vida intensa se esconde detrás de un segundo, pero el miedo quería regresar a casa, se escapó por las ranuras y se coló como un suave aroma embriagador y venenoso, se vistió sus mejores galas y me atrapó de nuevo... e hizo que el mundo se posara sobre mi y como Alicia en su país, me hiciera sentirme no ser, nada, o casi nada, a veces una lágrima concentra todo un mar de sentimientos o mil miedos en un milímetro de cristal, a veces un suspiro intenta liberarse de la cárcel que lo tiene atrapado, entonces se acabó el silencio y se escapó el grito silencioso... simplemente, no puedo mas...